En los últimos años se ha estado investigando el efecto que puede tener una dieta baja en carbohidratos en relación a la pérdida de peso. Algunos resultados hasta la fecha de ensayos clínicos sugieren que, a corto plazo, este tipo de dietas puede tener un beneficio en relación a la obesidad. Sin embargo, estudios longitudinales que analizan la relación de la ingesta de carbohidratos y el riesgo de mortalidad, no concluyen así.
En un estudio reciente, publicado en la revista Lancet, sugieren que consumir carbohidratos con moderación parece ser óptimo para la salud y para tener una vida más larga.
Recordemos que los patrones dietéticos que incluyen cantidades bajas de carbohidratos, suelen aumentar el consumo de alimentos de origen animal (grasa y proteína) para completar la ingesta energética recomendada. En ese sentido, el estudio destaca que el reemplazo de los carbohidratos por grasa y proteína de origen animal, está relacionado con unos mayores índices de mortalidad.
Para considerar este resultado, los autores incluyeron la información de 432,179 adultos participantes en ocho estudios de cohortes que investigaron la ingesta de carbohidratos por medio de un cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos, con 40,181 (9.3%) muertes informadas.
Los principales hallazgos en el estudio fueron que los porcentajes altos (más del 70%) y bajos (menos del 40%) de carbohidratos se asociaron con una mayor mortalidad que los que optaban por un consumo moderado de carbohidratos (50-55% de las calorías totales).
Algunas posibles explicaciones es que las dietas bajas en carbohidratos, por lo general disminuyen la ingesta de verduras, frutas y granos, y aumentan los alimentos de origen animal. Por otro lado, cuando existe un consumo moderado de carbohidratos y en lugar de alimentos de origen animal incluyen alimentos de origen vegetal (leguminosas y frutos secos, verduras), los resultados se asocian con una menor mortalidad cardiovascular, lo que indica que la fuente alimentaria puede ser considerada un factor importante en relación al efecto sobre la salud.
El progresivo deterioro biológico, con el consecuente aumento de problemas de salud asociados al envejecimiento, son la resultante de la interacción de factores genéticos y ambientales, tales como estilos de vida, hábitos alimentarios, actividad física y presencia de enfermedades. La nutrición tiene un papel relevante como modulador de los cambios que provoca el envejecimiento en diferentes órganos y funciones del organismo.
Así, los expertos concluyen que una dieta baja o alta en carbohidratos puede estar asociada a una reducción en la esperanza de vida. Es importante destacar que los autores sugieren, además de la cantidad, estudiar la calidad o la fuente de los alimentos para considerar estos resultados.
Referencia:
Seidelmann S., Claggett B., Cheng S., Henglin M., Shah A., Steffen L., Folsom A., Rimm E., Willett W., Solomon S. Dietary carbohydrate intake and mortality: a prospective cohort study and meta-analysis. Lancet. 2018.