Hoy en día la diabetes tipo 2 alcanza una cifra de 500 millones de personas que la padecen alrededor del mundo (WHO, 2018). Dentro de los factores de riesgo se encuentran la obesidad y sobrepeso, estilo de vida sedentario y una alimentación no nutritiva caracterizada por el consumo bajo en fibra.
Una glucemia en ayunas >126 mg/dL, esto es una alta concentración de glucosa en el torrente sanguíneo, es un marcador diagnóstico de diabetes. Otro indicador es la hemoglobina glucosilada, la cual representa el % de la hemoglobina que tiene un azúcar adherido, es un indicador del nivel promedio de glucosa durante los últimos tres meses, entre más elevado sea el valor de HbA1c mayor el riesgo.
Una de las líneas de investigación que ha cobrado fuerza en las últimas décadas es la relación de la diabetes y el microbioma. La microbiota es el conjunto de microorganismos que habitan en nuestros intestinos, principalmente grueso y colón. La microbiota tiene una estrecha relación con el tipo de alimentos que se consumen, ya que estos microorganismos también obtienen su “alimento” de nuestros alimentos. El alimento de los microrganismos es la fibra que contienen nuestros alimentos. Al tener una dieta baja en fibra (frutas, verduras, granos, semillas, legumbres) estos microrganismos no pueden sobrevivir.
Desde hace muchos años estos organismos se consideraba que tenían una relación simbiótica con el humano, sin embargo, no se conocían a ciencia cierta todas las funciones que estos tenían. Ahora se conoce que cuando una bacteria “consume” fibra produce unas moléculas llamadas ácidos grasos de cadena corta, estos son el “alimento” para producir energía de los colonocitos o células del colón. Además, la microbiota se ha relacionado con la producción de otras hormonas intestinales, neurotransmisores y más funciones que se está llegando a la conclusión que existe una estrecha relación entre la microbiota y el estado optimo de salud de la persona.
La microbiota para que esté en buen estado requiere alimento, y ese alimento es la fibra que consumimos. Por lo que estudios recientes han relacionado el aumento del consumo de fibra con el incremento en la diversidad de la microbiota y una mejora considerable en los indicadores bioquímicos de la diabetes tipo 2 como la glucosa en ayunas y la hemoglobina glucosilada.
En un estudio reciente observaron que las personas que consumían más fibra obtuvieron una reducción del 20% de la glucosa en ayunas que aquellas que consumieron menor cantidad de fibra.
Los autores concluyeron que el estado del microbioma tiene una relación directa con la homeostasis de la glucosa, por lo tanto, el consumo de una mayor cantidad de fibra impacta directamente los indicadores bioquímicos más representativos de la diabetes tipo 2.
Uno de los mecanismos de este beneficio es que las bacterias están íntimamente relacionadas con la producción de hormonas intestinales, el subproducto de la fermentación bacteriana “le dice” al intestino que produzca ciertas hormonas como GLP-1, péptido similar al glucagón tipo 1 y el neuropéptido YY. La hormona GLP-1 tiene múltiples funciones como la mayor producción de insulina, proliferación de las células beta del páncreas y a nivel cerebral inhibe el apetito. Por lo que este estímulo del GLP-1 por parte del microbioma es el que ayudó en la mejora de los indicadores bioquímicos de estos pacientes con diabetes tipo 2 sugiriendo que a través de la alimentación y aumento de fibra se pueden inducir cambios positivos en el microbioma y en el metabolismo de la glucosa.
Aunque hoy en día todos estos mecanismos se siguen estudiando y comprendiendo con mayor profundidad, de algo que sí estamos seguros es del gran beneficio que tiene el aumentar el consumo de fibra en la forma de productos vegetales para mejorar la salud en general ya que se modulan varias vías metabólicas.
MCN. Adriana Flores adrianafb26@gmail.com
Referencia:
Zhao, L., Zhang, F., Ding, X., Wu, G., Lam, Y. Y., Shi, Y., … Zeng, Y. (2018). Gut bacteria selectively promoted by dietary fibers alleviate type 2 diabetes, 1156(March), 1151–1156