Entre el activismo y la evasión de la realidad con el uso de las redes sociales; ante el reto de la transformación digital de las empresas; de la aparición de profesiones emergentes y de la demanda de las soft skills; del reto de ser más ecofriendly, llegamos al punto, ¿y todo para qué?
En los últimos días las noticias han girado sobre la pandemia de COVID-19, ¿qué es un virus?, ¿cómo se propaga el virus causante de la COVID-19?, ¿quiénes son los más vulnerables?, estrategias para contener los contagios, plan para quedarte en casa, lista de alimentos y remedios para prevenir un contagio, número de contagiados a nivel mundial. Y con razón, pues estamos ante una pandemia, declarada oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En ese sentido, es considerable querer transmitir la información que llega a nuestras manos, con la finalidad de ayudar a otros en la estrategia contra el COVID-19. Pero te has puesto a pensar si, ¿es verdad eso que estás a punto de reenviar? Vamos a pensar un poco, ¿cuánto no hemos leído sobre este tema?, ¿cuántos #whatsApps, #twitters, #instastories no hemos compartido?, ¿cuántos expertos en microbiología, virología, nutrición, medicina, etc. ?. Como si las palabras fueran inocuas y, por otro lado, con un click pudiéramos solucionar la situación. Hoy, en la era digital, nos enfrentamos ante una distorsión deliberada de la realidad, con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actividades sociales; en la que los hechos, reales, tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones, sentimientos y creencias personales (definición de la palabra posverdad, según la Real Academia Española).
Qué fácil es compartir un mensaje por redes sociales, pero qué difícil es tener el criterio para discernir si es verdad o es prudente enviar la información. A veces no medimos las consecuencias de las PALABRAS. Una iniciativa reciente de la Universidad de Navarra nos invita a cambiar el mundo cambiando las palabras, #changethewords. Interioriza, sé prudente y piensa antes de actuar, de escribir o enviar una novedad. Con los pies en la tierra, siendo realistas y aprovechando cada minuto, estando en cuarentena o no, es el hoy que nos ha tocado vivir. Ser realista es aprovechar las circunstancias, y vivir es convivir con una circunstancia. La coexistencia implica la interacción de la persona con el mundo y como resultado son esas decisiones que cada uno hace con relación a lo que queremos ser. Somos protagonistas de nuestra historia y, ¡esto depende de ti!, de cómo afrontes la realidad. Así que, si estás en casa o no, puedes aprovechar cada minuto, cada día y cumplir el pequeño deber con alegría y optimismo. Un día a la vez, ¿cuántas veces hemos deseado tener un poco de tiempo para hacer esa actividad pendiente, pasar más tiempo en familia, llevar un curso de formación profesional, hacer home office, buscar algún hobby, etc? Y, ¿ante la cuarentena? … cumple el pequeño deber de cada momento: haz lo que debes y está en lo que haces (Camino, 815).
Por otro lado, si las circunstancias profesionales demandan de nuestro trabajo ordinario, aprovechar cada día con la ilusión “de que tú y yo nos portemos como Dios quiere, no lo olvides, dependen muchas cosas grandes” (Camino, 755).