Cada 14 de noviembre, celebramos el «día mundial de la diabetes « , una oportunidad para detenerse y pensar como profesionales de la salud, si estamos trabajando juntos para, por un lado, entender esta enfermedad y, por otro lado, encontrar estrategias de prevención y tratamiento tempranos. Este año el tema «rompiendo barreras, cerrando brechas » nos invita a reflexionar sobre las acciones preventivas para reducir el riesgo de desarrollar diabetes.
Los primeros 1000 días de vida
Un estudio reciente publicado en la revista Science buscó analizar si la exposición limitada al azúcar en los primeros 1000 días de vida influye en el desarrollo de diabetes tipo 2 en la vida adulta. Los primeros 1000 días de vida, que abarcan desde la concepción hasta los dos años, son fundamentales para el desarrollo y la salud futura. Durante este período, una dieta poco equilibrada puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas en la adultez. Actualmente, las directrices recomiendan evitar los azúcares añadidos en esta etapa. Sin embargo, en México y otros países, tanto las mujeres embarazadas como los niños pequeños consumen cantidades de azúcar muy superiores a las recomendadas.
La investigación se basó en un «experimento natural»: el fin del racionamiento de azúcar en el Reino Unido en 1953, que había mantenido los niveles de azúcar en la dieta por debajo de lo recomendado actualmente. La hipótesis principal fue que el racionamiento de azúcar en los primeros años reduciría el riesgo de desarrollar diabetes y otras enfermedades metabólicas en la adultez.
Para evaluar los efectos del consumo temprano de azúcar en la salud adulta, los investigadores utilizaron datos del Biobanco del Reino Unido. Compararon dos grupos de adultos: aquellos concebidos justo antes de que terminara el racionamiento y que, por lo tanto, habrían estado expuestos a menores cantidades de azúcar, y aquellos concebidos después, cuando aumentó el consumo de azúcar. Se empleó un enfoque de estudio de eventos para analizar la incidencia de diabetes tipo 2 en ambos grupos a lo largo del tiempo, observando cómo variaba el riesgo en función de la duración de la exposición a una dieta baja en azúcar durante el embarazo y los primeros años de vida.
Los investigadores descubrieron que las personas concebidas durante las limitaciones de azúcar tenían un riesgo 35% menor de padecer diabetes.
Los resultados mostraron que los individuos que estuvieron expuestos al racionamiento de azúcar durante los primeros 1000 días de vida presentaron un riesgo significativamente menor de desarrollar diabetes tipo 2 en la edad adulta. En comparación con quienes nacieron después del racionamiento, aquellos expuestos a menores niveles de azúcar presentaron una reducción en el riesgo de diabetes de aproximadamente el 35% y también retrasaron el inicio de la enfermedad en unos cuatro años. El efecto protector fue mayor cuando la restricción de azúcar se mantuvo más allá de los seis meses de edad, un momento clave cuando suelen introducirse alimentos sólidos. De hecho, se observó que la exposición al racionamiento solo durante el embarazo ya tenía un impacto positivo, explicando aproximadamente un tercio de la reducción en el riesgo de diabetes.
En nuestro laboratorio , hemos realizado un estudio en modelo animal proporcionando una dieta alta en azúcar durante la gestación y lactancia y hemos evaluado el impacto de la dieta materna en la programación de la microbiota fecal de la descendencia. Los resultados demostraron que la dieta materna tuvo un impacto en la diversidad y abundancia relativa de géneros como Clostridium y Lactobacillus en las crías, además de encontrar niveles elevados de glucosa en sangre a pesar de que las crías fueron alimentadas con una dieta estándar. Estos resultados demuestran que la alimentación materna alta en azúcar causa disbiosis intestinal en la descendencia alterando la composición de la microbiota fecal relacionada con enfermedades metabólicas. Es probable que el microbioma materno se traslade al útero desde el tracto gastrointestinal a través del plasma materno y también se ha reportado que algunos metabolitos bacterianos pueden atravesar la placenta. Por lo tanto, el ambiente materno que impacta su propio microbioma también contribuye a la colonización fetal, programando de forma positiva o negativa la salud de la descendencia.
Estos estudios aportan evidencia importante sobre el papel de la dieta en los primeros años de vida para la prevención de enfermedades metabólicas en la adultez. La limitación del consumo de azúcar en esta etapa crucial parece no solo disminuir el riesgo de desarrollar diabetes, sino también retrasar su aparición. Estos hallazgos refuerzan la importancia de seguir las recomendaciones actuales de evitar el azúcar añadido en niños pequeños y abren la puerta a debates sobre políticas de salud pública, como regular el azúcar en alimentos destinados a bebés y niños. Además, se destaca la necesidad de investigar más sobre la cantidad óptima de azúcar en las dietas de mujeres embarazadas y lactantes para mejorar la salud de futuras generaciones.
2. de la Garza AL, Romero-Delgado B, Martínez-Tamez AM, Cárdenas-Tueme M, Camacho-Zamora BD, Matta-Yee-Chig D, Sánchez-Tapia M, Torres N, Camacho-Morales A. Maternal Sweeteners Intake Modulates Gut Microbiota and Exacerbates Learning and Memory Processes in Adult Male Offspring. Front Pediatr. 2022 Jan 7;9:746437. doi: 10.3389/fped.2021.746437.