El ritmo de vida acelerado ha hecho que la sociedad cambie sus hábitos de manera drástica, estos cambios afectan de diversas formas sobre las actividades que llevamos las personas día a día. Un ejemplo de esto es la dieta, que se ha visto modificada un sin fin de veces conforme avanzan las generaciones. Por otro lado, el sedentarismo, es decir, la falta de ejercicio, ha ocasionado que las personas estén cada vez más expuestas a problemas de salud.
La aterosclerosis es una de las principales causas de muerte a nivel mundial, consiste en la formación de una placa en las paredes de las arterias, que con el tiempo, puede llegar a limitar el flujo de oxígeno en el cuerpo al grado de ocasionar serias complicaciones como infarto agudo al miocardio e infarto cerebral y en última instancia la muerte. Diversos factores pueden ocasionar la formación de esta placa en las paredes de las arterias, por ejemplo, la hipertensión arterial, una dieta alta en grasa, el tabaco y el alcohol.
Por otro lado, existen algunas dietas que pueden ayudar en el tratamiento de la aterosclerosis, como la dieta mediterránea la cual es rica en verduras, legumbres, fruta, carnes blancas, aceite de oliva y frutos secos; además del consumo de vino con moderación. Estos alimentos tienen un efecto anti- inflamatorio el cual puede ayudar a reducir el riesgo de padecer aterosclerosis, además de que puede mejorar el sistema inmune.
En este sentido, en España se llevó a cabo una investigación llamada PREDIMED, donde a partir del 2003 reclutaron voluntarios para obtener información de al menos 5 años y analizar hábitos y estilos de vida y su relación con la salud – enfermedad. Para realizar este análisis se seleccionaron 165 personas que no padecieran aterosclerosis pero que sí presentaran factores de riesgo como: tabaquismo, presión alta, concentraciones altas de colesterol malo, sobrepeso entre otros. Las personas fueron distribuidas en 3 grupos de dietas diferentes con 55 personas cada uno, 2 dietas mediterráneas, una con 30 g de frutos secos, otra con 50 ml de aceite de oliva extra virgen y el último grupo llevó una dieta baja en grasas saturadas.
Los exámenes de laboratorio fueron llevados a cabo a los 3 y 5 años del estudio, se analizaron marcadores de inflamación, glucosa y lípidos en sangre.
Los investigadores encontraron que a los 3 años de intervención, los grupos con dietas mediterráneas aumentaron el colesterol HDL, disminuyeron la presión arterial, el colesterol LDL y triglicéridos en sangre. A los 5 años, la dieta baja en grasa saturada mostró un aumento de glucosa en comparación con la dieta mediterránea. Así mismo, a los 3 y 5 años de intervención en los grupos con dieta mediterránea, disminuyeron los marcadores inflamatorios en sangre.
Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento, son palabras que citó Hipócrates. La dieta mediterránea tiene múltiples beneficios a la salud y previene diversas enfermedades no solo la aterosclerosis, sino también el cáncer, hipertensión, diabetes mellitus tipo 2, entre otras.
Referencia:
Casas, R., Sacanella, E., Urpi-Sarda, M., Corella, D., Castaner, O., & Lamuela-Raventos, R. et al. (2016). Long-Term Immunomodulatory Effects of a Mediterranean Diet in Adults at High Risk of Cardiovascular Disease in the PREvencion con DIeta MEDiterranea (PREDIMED) Randomized Controlled Trial. Journal Of Nutrition, 146(9), 1684-1693. http://dx.doi.org/10.3945/jn.115.229476
LN. Israel Guerrero Contreras israel.seventails@gmail.com