La grasa es un componente importante en la alimentación, sin embargo un consumo elevado o un desbalance en la cantidad de grasas saturadas e insaturadas tiene un efecto negativo en el sistema inmune y por lo tanto en la salud.
El consumo excesivo de grasas saturadas promueve el almacenamiento de grasa en el cuerpo y la inflamación, que se relaciona con enfermedades cardiovasculares. En contraste las grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas son protectoras, al controlar la síntesis y oxidación de las grasas saturadas, reducen el contenido de grasa en el hígado y reducen el colesterol en la sangre. El omega 3, es un tipo de grasa poliinsaturada y tiene propiedades antiinflamatorias y por lo tanto puede ser usado para tratar enfermedades inflamatorias y autoinmunes. El omega 6, es un precursor de moléculas pro-inflamatorias, que cuando se elevan se relacionan con enfermedad del corazón, resistencia a la insulina, psoriasis, depresión, envejecimiento y cáncer.
Un balance en la proporción de omega 3 y 6 tiene un papel importante en los procesos biológicos y en el balance metabólico. En la dieta occidental, la proporción de omega 6/omega 3 es de 15/1 a 16/1. Una deficiencia en el omega 3 y un exceso en el omega 6 promueven el desarrollo de varias enfermedades cardiovasculares, especialmente aterosclerosis, que se caracteriza por lesiones denominadas ateromas que obstruyen la circulación sanguínea ocasionando complicaciones graves.
El omega 6 incrementa la oxidación del colesterol LDL, también llamado colesterol malo y esta oxidación incrementa la formación de placas de grasa en las arterias; también puede separarse para formar ácido araquidónico u omega 9, el cual ayuda a la formación de sustancias pro-inflamatorias y placas en las arterias. Por otro lado, el omega 3 es esencial para el crecimiento y desarrollo normal, previene las enfermedades coronarias, la hipertensión, la artritis y el cáncer. Por lo tanto, reducir el consumo de omega 6 podría disminuir la inflamación y el riesgo de enfermedad coronaria.
En un estudio realizado en Arabia Saudita identificaron la relación más saludable de omega 6/omega 3 en los aceites para cocinar más comunes. Se incluyeron los siguientes aceites con su relación de omega 6/omega 3: canola (5.6/1), oliva (13.4/1), maíz (52/1), coco (sólo contiene grasa saturada), pescado (1/2). Se cultivaron células en el laboratorio para analizar el efecto de los diferentes aceites en la formación de sustancias que inducen la aterosclerosis. Dando como resultado que todos los aceites, excepto el de canola y el de pescado, provocaron acumulación de grasa, remarcando que el de maíz acumuló un 70% y el de coco un 30%. Los niveles de macrófagos, sustancias que inducen la acumulación de placas de grasa en las arterias, se incrementaron en el de coco y maíz. El aceite de canola y el de pescado tuvieron efectos benéficos al disminuir los macrófagos y por lo tanto el desarrollo de la aterosclerosis.
Referencia
Ali A. Alshatwi, P. Subash-Babu. (2018) Effects of increasing ratios of dietary omega-6/omega-3 fatty acids on human monocyte immunomodulation linked with atherosclerosis. Journal of Functional Foods, Volume 41, 258-267, https://doi.org/10.1016/j.jff.2017.12.020.
LN Lorena Ibarra Rodríguez
nutriologa.lorenaibarra@hotmail.com