En las últimas décadas la tendencia de hacer dieta con la finalidad de perder peso ha ido en aumento; esto ha provocado que las personas se sometan a dietas demasiado restrictivas, aun cuando se encuentren dentro de una composición corporal adecuada para su edad.
La palabra dieta tiene múltiples significados: “conjunto de alimentos que se consumen durante el día”, “patrón de alimentación específico” o “control de la cantidad y tipo de alimentos que toma una persona, generalmente con un fin específico”, siendo esta la definición abordada en el artículo que se utiliza como referencia, una revisión escrita por Rhee en el año 2017 con el objetivo de informar sobre el impacto cardiovascular del efecto rebote de las dietas.
Los estudios más recientes sugieren que las personas que hacen dieta con fines estéticos rara vez logran mantener el peso perdido y provoca que caigan en un ciclo de pérdida-ganancia o efecto rebote debido a que constantemente vuelven a someterse a dietas.
Se ha asociado el efecto rebote a un mayor riesgo cardiovascular, sin embargo, todavía existe controversia debido a la limitada investigación y las diferencias en los resultados de los estudios que abordan este tema. Aun así, es importante conocer los posibles riesgos antes de formar parte en este ciclo.
Riesgo cardiovascular
Diversos estudios experimentales apoyan la teoría de que los ciclos de pérdida-ganancia de peso pueden alterar los factores de riesgo cardiovascular como la presión arterial, frecuencia cardiaca, actividad del sistema nervioso simpático y niveles de glucosa, lípidos e insulina en sangre. Esto se debe a que los valores normales aumentan drásticamente durante el periodo de ganancia de peso y suponen un estrés adicional para el sistema cardiovascular.
Además, este periodo de ganancia se ha asociado con un incremento de almacenamiento de grasa en el área abdominal que también pudiera alterar los factores de riesgo cardiovascular.
Rhee concluye que la pérdida de peso es de gran importancia para la salud cardiovascular, pero el mantenimiento de un peso estable podría tener un beneficio mayor. Es preferible llegar a un peso que se pueda mantener a largo plazo llevando una alimentación balanceada y flexible, y realizando actividad física moderada.
Referencia
Rhee E. J. (2017). Weight Cycling and Its Cardiometabolic Impact. Journal of obesity & metabolic syndrome, 26(4), 237–242. https://doi.org/10.7570/jomes.2017.26.4.237
Redactado por:
LN. Alexandra Hernández de la Cruz (alexandra_hernandez_97@hotmail.com)
LN. Wendy Esperanza Flores Ochoa