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La diabetes y su prevalencia en México

La diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) es un conjunto de trastornos metabólicos, caracterizada por una disminución de la captación de glucosa por las células del cuerpo, lo que causa niveles elevados de la misma en sangre (hiperglucemia).

La insulina (hormona secretada por el páncreas), juega un papel importante en la regulación de las patologías metabólicas como la obesidad y la DMT2.

El diagnóstico de la diabetes se establece cuando se da cualquiera de estas cuatro condiciones:

  1. Glucemia en ayunas (mínimo 8 horas) >126 mg/dL.
  2. Determinación de glucemia en cualquier momento del día > 200 mg/dL.
  3. Glucemia a las dos horas de la sobrecarga oral de glucosa (SOG) > 200 mg/dL (la carga equivale a 75 g de glucosa).
  4. Hemoglobina glicosilada (HbA1c) >5%.

 

Por su alta prevalencia, la DMT2 se considera como un problema de salud pública, que está en aumento debido a factores como sobrepeso y obesidad, sedentarismo, hábitos alimentarios, entre otros. La tendencia en el incremento del problema ha sido evidenciada por la Federación Internacional de Diabetes (IDF), que en 2013 reportó 282 millones de personas diabéticas en el mundo.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición reportó que, hasta el año 2012, el 7% de la población mexicana mayor de 10 años se veían afectados por esta enfermedad. Esto puede traducirse que aproximadamente 6.5 millones de mexicanos presentan diabetes.

Así mismo, la DMT2 debe ser considerada como un factor de riesgo cardiovascular independiente. Por lo general, está relacionada con complicaciones microvasculares (retinopatía, nefropatía y neuropatía), así como macrovasculares (enfermedades de arterias coronarias, cerebrovasculares, enfermedad vascular periférica e isquemia miocárdica). Además algunos tipos de cáncer se pueden considerar como una complicación emergente de la DMT2, así como el deterioro cognitivo, el síndrome de apnea del sueño, trastornos del estado de ánimo y trastornos del metabolismo óseo.

Estas consecuencias de un diagnóstico de diabetes tardío o mal tratamiento, soportan la necesidad de avanzar en definir un método diagnóstico oportuno. Una glucemia elevada, sin diagnosticar y sin mostrar síntomas típicos puede – en silencio – dañar el cuerpo y desarrollar ciertas complicaciones. En este sentido, estos datos apoyan la importancia de prevenir la progresión de la diabetes e identificar las personas con factores de riesgo.

Recientemente la Federación Internacional de Diabetes (IDF) recomienda la inclusión de la hemoglobina glicosilada (HbA1c) para el diagnóstico de diabetes. Entre las ventajas que ofrece esta prueba es que no requiere ayuno y además es un estimado de la concentración de glucosa en el eritrocito de 120 días anteriores a la toma de la muestra. En este sentido, también se sugiere utilizar este marcador de seguimiento al tratamiento, ya que puede reflejar la concentración de glucosa en sangre por periodos prolongados de hasta 3 meses anteriores al análisis.

El buen control de la diabetes puede ayudar a mejorar el estado de salud y por consiguiente, evitar el desarrollo de otras enfermedades y/o complicaciones asociadas a la diabetes.

Fuentes:

  • International Diabetes Federation 2013. Online version of IDF Diabetes Atlas: www.idf.org/diabetesatlas
  • Encuesta Nacional de Salud y Nutrición  (ENSANUT) 2012.

 

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