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¿La microbiota intestinal está relacionada con la depresión?

En las últimas décadas se ha visto un incremento en la frecuencia de casos de depresión a nivel mundial 1, en consecuencia, la Organización Mundial de la Salud declaró un Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013 – 2030. Este plan ha conducido a que exista un especial interés en estudiar los factores que influyen en las enfermedades mentales, para establecer estrategias, basadas en evidencia, que puedan prevenir y mejorar la recuperación de estas enfermedades.

La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que residen en el tubo digestivo como bacterias, hongos, arqueas, virus y parásitos, los cuales pueden convivir como mutualistas o bien como patógenos 2. Una microbiota intestinal saludable participa en diversos procesos digestivos y regula el metabolismo, por ejemplo: termina de digerir los hidratos de carbono complejos a través de su fermentación que da como resultado ácidos grasos de cadena corta (AGCC), los cuales sirven como fuente de energía para las células del intestino; participa en la formación de algunas vitaminas del grupo B y la vitamina K 3, contribuye a la descomposición de lípidos alimentarios 4 y juega un papel importante en el equilibrio del sistema inmune 5

Recientemente se descubrió el eje microbiota-intestino-cerebro que regula el sistema inmune, el sistema gastrointestinal y el sistema nervioso central; la comunicación bidireccional a lo largo del eje intestino-cerebro es un aspecto fundamental de la sinergia entre la microbiota y la persona, ya que se ha encontrado que los nervios intestinales transportadores de información sensorial pueden enviar señales directamente al cerebro tras la estimulación local de sustancias microbianas capaces de modular el cerebro y el comportamiento de la persona 6

¿Cómo se relacionan la microbiota y la depresión?

En 2019 Liu y colaboradores publicaron un estudio en donde se comparó la microbiota intestinal de personas con depresión y personas sanas, los resultados mostraron que la diversidad de especies residentes en el tubo digestivo de los pacientes con depresión (mayor número de microorganismos proinflamatorios) es significativamente diferente en comparación con la de personas sanas (mayor número de microorganismos antiinflamatorios) y es esta diferencia la que contribuye en la gravedad de los síntomas. 

En ese estudio encontraron que la abundancia del género Faecalibacterium estaba disminuida en personas con depresión y mientras más severos los síntomas depresivos más pronunciada la diferencia. Se ha visto que este microorganismo tiene propiedades antiinflamatorias, ya que produce un AGCC llamado butirato que, además de ser fuente de combustible colónico y promover la integridad intestinal, ejerce un efecto antidepresivo al inhibir la enzima histona deacetilasa (HDAC) y por consecuencia facilita la formación de neurotrofinas, proteínas con importantes funciones en el sistema nervioso central 8.

Así mismo se vio disminuido el grupo de [Eubacterium] coprostanoligenes, conocido por su capacidad para transformar el colesterol a coprostanol, una molécula que el humano no absorbe muy bien, pero es excretada normalmente en las heces. Una reducción de este grupo implica una inflamación causada por el aumento de los niveles de colesterol en el colon y el aumento en la actividad de xantina oxidasa en la corteza cerebral que puede afectar el sistema nervioso 9

Por otro lado, entre los microorganismos que se encontraron aumentados en personas con depresión se encuentra el género Gammaproteobacteria. Las Gammaproteobacteria pueden causar inflamación sistémica de bajo grado al liberar lipopolisacáridos (LPS), también llamadas endotoxinas, que puedan pasar a la sangre y provocar una respuesta inmunitaria; de hecho existen estudios que han encontrado que las personas con depresión tienen mayores niveles de lipopolisacáridos en circulación 7.

Y, ¿se puede regular la microbiota intestinal?

Sí, los hábitos alimentarios se consideran uno de los principales moduladores de la microbiota intestinal. Una alimentación variada y equilibrada que incluya frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, es indispensable para mantener una microbiota intestinal saludable y para modular los microorganismos afectados en la depresión. Para esto es necesario acudir con un especialista en nutrición, ya que se deben considerar diversos factores como edad, sexo, estilo de vida, economía, entre otros.

Específicamente se ha encontrado que: 

Consumir una dieta rica en fibra insoluble (cereales de trigo integral, frutos secos, frijoles, chícharos, coliflor, papa) aumenta el nivel de Faecalibacterium 10.

Aunque la alimentación tiene un impacto en la microbiota intestinal, es importante que las personas diagnosticadas con trastorno depresivo trabajen de la mano con un especialista en salud mental.

Referencias

  1. Goodwin, R. D., Dierker, L. C., Wu, M., Galea, S., Hoven, C. W., & Weinberger, A. H. (2022b). Trends in U.S. Depression Prevalence From 2015 to 2020: The Widening Treatment Gap. American Journal of Preventive Medicine. https://doi.org/10.1016/j.amepre.2022.05.014
  2. del Campo-Moreno, R., Alarcón-Cavero, T., D’Auria, G., Delgado-Palacio, S., & Ferrer-Martínez, M. (2018). Microbiota en la salud humana: técnicas de caracterización y transferencia. Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, 36(4), 241–245. https://doi.org/10.1016/j.eimc.2017.02.007
  3. Álvarez, J., Fernández Real, J. M., Guarner, F., Gueimonde, M., Rodríguez, J. M., Saenz de Pipaon, M., & Sanz, Y. (2021). Microbiota intestinal y salud. Gastroenterología y Hepatología, 44(7), 519–535. https://doi.org/10.1016/j.gastrohep.2021.01.009
  4. Schoeler, M., & Caesar, R. (2019). Dietary lipids, gut microbiota and lipid metabolism. Reviews in Endocrine and Metabolic Disorders, 20(4), 461–472. https://doi.org/10.1007/s11154-019-09512-0
  5. Yoo, J., Groer, M., Dutra, S., Sarkar, A., & McSkimming, D. (2020). Gut Microbiota and Immune System Interactions. Microorganisms, 8(10), 1587. https://doi.org/10.3390/microorganisms8101587
  6. Cryan, J. F., O’Riordan, K. J., Cowan, C. S. M., Sandhu, K. V., Bastiaanssen, T. F. S., Boehme, M., Codagnone, M. G., Cussotto, S., Fulling, C., Golubeva, A. V., Guzzetta, K. E., Jaggar, M., Long-Smith, C. M., Lyte, J. M., Martin, J. A., Molinero-Perez, A., Moloney, G., Morelli, E., Morillas, E., … Dinan, T. G. (2019). The Microbiota-Gut-Brain Axis. Physiological Reviews, 99(4), 1877–2013. https://doi.org/10.1152/physrev.00018.2018
  7. Liu, R. T., Rowan-Nash, A. D., Sheehan, A. E., Walsh, R. F. L., Sanzari, C. M., Korry, B. J., & Belenky, P. (2020). Reductions in anti-inflammatory gut bacteria are associated with depression in a sample of young adults. Brain, Behavior, and Immunity, 88, 308–324. https://doi.org/10.1016/j.bbi.2020.03.026
  8. Valvassori, S., Varela, R., Arent, C., Dal-Pont, G., Bobsin, T., Budni, J., Reus, G., & Quevedo, J. (2014). Sodium Butyrate Functions as an Antidepressant and Improves Cognition with Enhanced Neurotrophic Expression in Models of Maternal Deprivation and Chronic Mild Stress. Current Neurovascular Research, 11(4), 359–366. https://doi.org/10.2174/1567202611666140829162158
  9. Xu, M., Tian, P., Zhu, H., Zou, R., Zhao, J., Zhang, H., Wang, G., & Chen, W. (2022). Lactobacillus paracasei CCFM1229 and Lactobacillus rhamnosus CCFM1228 Alleviated Depression- and Anxiety-Related Symptoms of Chronic Stress-Induced Depression in Mice by Regulating Xanthine Oxidase Activity in the Brain. Nutrients, 14(6), 1294. https://doi.org/10.3390/nu14061294
  10. Verhoog, S., Taneri, P. E., Roa Díaz, Z. M., Marques-Vidal, P., Troup, J. P., Bally, L., Franco, O. H., Glisic, M., & Muka, T. (2019). Dietary Factors and Modulation of Bacteria Strains of Akkermansia muciniphila and Faecalibacterium prausnitzii: A Systematic Review. Nutrients, 11(7), 1565. https://doi.org/10.3390/nu11071565

 

Redactado por

Lucía Domínguez Perales (lucia.dominguezp@uanl.edu.mx)

 

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